Las tensiones de la musculatura del Suelo Pélvico se crean igual que se crean en el resto de músculos de nuestro cuerpo.
No es por algo en concreto, sino que es debido a un conjunto de situaciones como el estilo de vida, la alimentación, el deporte, el trabajo que se realiza, hábitos tóxicos, embarazos y partos, etc.
Porque igual que cargamos la espalda por malos hábitos también sucede lo mismo en nuestro Suelo Pélvico
La contractura muscular es ese estado de rigidez o contracción permanente, duradera. Los problemas de suelo pélvico no tienen solo que ver con que la musculatura está debilitada, ya que la hipertonía o tensión excesiva de los músculos también puede generar molestias.
El suelo pélvico, recordemos, es el conjunto de músculos que sostiene órganos como la vejiga, el recto y el útero, cerrando el abdomen en su parte inferior. Mantener su tono es importante para evitar problemas como la incontinencia, e incluso para disfrutar de una vida sexual más saludable.
Qué es la hipertonía en el suelo pélvico
Se suele creer que la hipotonía, la falta de tono de suelo pélvico, es lo que está detrás del dolor y de otras anomalías. Sin embargo, los especialistas se encuentran con frecuencia en las consultas con unos músculos excesivamente tensos.
La hipertonía se produce cuando la musculatura está de forma permanente con un exceso de tensión, no se relaja, y llega a producirse la contractura de suelo pélvico. Se pueden derivar de ello situaciones de incontinencia urinaria o anal en momentos súbitos o de urgencia, dado que la musculatura no puede mantener esa tensión todo el tiempo. Y es que no se puede hablar de músculos sanos si tienen un exceso de tensión.
Muchos casos de hipertonía o contractura en el suelo pélvico también acarrean dolor durante las relaciones sexuales y dispareunia, esto es, imposibilidad de llevar a cabo la penetración.
Qué síntomas presenta de la hipertonía o tensión muscular del suelo pélvico?
- Aumento de la frecuencia urinaria. Se produce un incremento de las micciones durante el día y/o la noche. Se considera normal una frecuencia de seis o siete veces al día, dependiendo de la ingesta de líquidos. Llegar a las 15 o 20 micciones diarias implica hablar de aumento de frecuencia.
- Urgencia urinaria. Es un deseo súbito y repentino de ir al baño que no se puede contener.
- Micción entrecortada. La micción comienza, se entrecorta, continúa… En definitiva, el proceso es irregular, lo que tiene que ver con que el suelo pélvico no se ha relajado totalmente para dejar paso normal a la orina.
- Vaciado incompleto de vejiga. La fisioterapeuta Laura Rojas también cita este como uno de los síntomas habituales cuando hay hipertonía del suelo pélvico. La micción se corta, pero no deja la sensación de haber terminado.
- Estreñimiento y/o dolor durante o después de evacuar. Dado que la musculatura que rodea al ano está en tensión, el proceso puede resultar doloroso, implicar mucho esfuerzo y dejar molestias después.
- Dolor en las relaciones. Son molestas las relaciones sexuales que impliquen penetración, pero también puede resultarlo la mera inserción de un tampón
Cómo tratar el problema
Los síntomas anteriores pueden aparecer por otros problemas, es decir, no siempre se derivan de una hipertonía en el suelo pélvico. Solo un especialista podrá diagnosticar el origen de las molestias tras la correspondiente valoración, y hará las recomendaciones adecuadas según el caso.